By: Hector Romero Vilchis
El desequilibrio que caracteriza las depresiones es consecuencia de la acción conjunta de la herencia, las condiciones histórico-sociales y la situación personal del paciente. Ningún abordaje clínico o terapéutico aislado puede enfrentar eficazmente la depresión.
La mayoría de los investigadores cree que la
depresión es el resultado de la interacción entre las características
biológicas y las vulnerabilidades fisiológicas de una persona y la frecuencia
de sucesos estresantes o situaciones difíciles de superar en su vida. Entre las
perspectivas para tratar de comprender las causas de la depresión están: Las
teorías biológicas que suponen que la causa de la depresión se encuentra en los
genes o en un mal funcionamiento fisiológico que puede tener o no una base en
la herencia.
EL PAPEL DE LA HERENCIA. Algunas formas de la
depresión son genéticas, lo que indica que alguna vulnerabilidad biológica
puede heredarse. Los estudios de gemelos y de familias sugieren con claridad un
componente genético tanto en la depresión grave como en los trastornos
bipolares.
ASPECTOS BIOQUÍMICOS. Cada una de las miles
de millones de neuronas en el cerebro interactúa con las demás por medios
electroquímicos. Cuando la neurona es estimulada, libera neurotransmisores,
sustancias químicas, de las vesículas o áreas de almacenamiento en la
terminación nerviosa. Es probable que la depresión sea el resultado de una
falta de ciertos neurotransmisores químicos en lugares particulares del
cerebro.
ESTUDIOS HORMONALES. Las relaciones estrechas
de los trastornos del estado de ánimo con el sistema endócrino apenas se
empiezan a comprender. Los avances en la comprensión de la química cerebral, en
especial la forma en que el cerebro libera hormonas de la glándula pituitaria y
el hipotálamo en la depresión permite creer que un nivel elevado de cortisol,
una hormona que se produce en la corteza suprarrenal, que se ha encontrado de
forma consistente en los pacientes con depresión podría tener acción en el
escenario clínico de este padecimiento.
FACTORES PSICOSOCIALES. Existen factores
adicionales como podría ser la tensión en el medio ambiente en que se mueven
las personas, tal tensión puede llegar a ocasionar el principio de este mal.
Los acontecimientos estresantes por ejemplo la pérdida del cónyuge, o de un
progenitor preceden con frecuencia a los primeros episodios del trastorno
depresivo mayor.
LA FAMILIA. Algunos trabajos indican que las
malas relaciones en la familia, cuando un paciente diagnosticado es sometido a
tratamiento, tienden a permanecer tras la recuperación del mismo; y además,
este grado de psicopatología en la familia puede afectar a la tasa de mejoría,
las recaídas y la adaptación tras la recuperación del paciente. Los datos
clínicos recalcan la importancia de evaluar la vida familiar del enfermo e
identificar los posibles factores estresantes relacionados con el entorno
familiar.
Los síntomas de la depresión ponen de
manifiesto una inhibición de la fuerza vital. La parálisis del pensamiento, la
fatiga, la disminución del ímpetu psicomotor, la incapacidad para decidir o
para tener iniciativas y la reducción de las relaciones afectivas,
caracterizadas por la apatía y la anhedonia, revelan un vacío interior que
sugiere la pérdida de la tensión pulsional (Vergote, 1993: 117-118). Nada
despierta el deseo. Nada tiene sentido.
El tipo de
organización cognitiva puede ser crucial para determinar de qué modo y en qué
extensión progresa el proceso depresivo y es igualmente muy importante el «yo
ideal» o conjunto de metas establecidas para su consecución.
Las ideas negativas fijas de baja autoestima
y de culpabilidad que parecen afianzar más la depresión (McConville y col.,
1973). Las pérdidas agudas son de gran importancia en las depresiones en las
que predomina la culpa, mientras que las pérdidas más bien crónicas son
importantes en las depresiones afectivas, de autoestima negativa y mixta.
Bibliografia:
Bogaert
García, Huberto LA DEPRESIÓN: ETIOLOGÍA Y TRATAMIENTO Ciencia y Sociedad, vol.
XXXVII, núm. 2, abril-junio, 2012, pp. 183-197 Instituto Tecnológico de Santo
Domingo.
García, J. y Rodríguez, J. (1998) Depresión en la
adolescencia: presentación de un caaso. En F.X. Méndez y D. Maciá A. (Comps.)
Modificación de Conducta con Niños y Adolescentes. Madrid: Ediciones Pirámide.
Alma
Baena Zúñiga Maurilia Araceli Sandoval Villegas Celia C. Urbina Torres Norma
Helen Juárez Sergio J. Villaseñor Bayardo, LOS TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO,
Revista Digital Universitaria, 10 de noviembre 2005 • Volumen 6 Número 11 •
ISSN: 1067-6079.
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